Arte y Ciencia

Arte y Ciencia#

¿Qué es del arte en la ciencia? ¿Qué es de la ciencia en el arte?

Lo que comenzó como una linda experiencia en laboratorio, como una posibilidad de aprender jugando a preparar cosas raras, soluciones de llamativos colores y piedras de múltiples tamaños y formas, terminó en la construcción de un puente entre dos cosas generalmente concebidas como de mundos ajenos.

La respuesta a la primera interrogante la hallé el año pasado participando en un concurso de crecimiento de cristales. Con un grupo de amigas hicimos mariposas azules de $CuSO_{4}$ (sulfato de cobre) y tratamos de memorar así, a nuestro modo, el Año Internacional de la Cristalografía y el Año Cortazariano por el cent’esimo aniversario de su nacimiento. Más allá de los resultados obtenidos, recuerdo la emoción de haber terminado ese mini ensayo:

…“Nos encantó hacer el informe, realmente estamos MUY felices por cómo quedó el informe, por el equipo que hicimos, por la gran ayuda que nos brindaron, por las lindas tardes en el laboratorio, por la frustración, el amor (y a veces incluso odio) a esos cristales de sulfato de cobre a los cuales vimos nacer y crecer para salir volando un día como hoy. ¿Sería casualidad que empezamos a escribir justo el díaen el Cortázar habría cumplido 100 años? Yo creo en lo que conocemos como destino. Porque comenzó como una linda idea para conocer más sobre el trabajo en laboratorio y terminó en una extraña conexiónn a la pasión que espero que alguna vez alguien haya sentido por unos cristales de mariposa o unas mariposas cristalizadas (ahora que reflexiono, es lindo pensar que nuestras mariposas simbolicen las miles de mariposas que sobrevolaron Buenos Aires el día que falleció Julio, como si su homenaje nunca hubiera terminado, sino que quedó ahí, en la historia: se hizo cristal…). Incluso te digo que queremos a esos cristales, no solo por lo que son, sino por lo que representan”…

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Fig. 1 “Cristales de Sulfato de Cobre”#

Lo bello de la creatividad humana es que nos permite conectar cosas de modos tan locos. Para mí en ese entonces vincular la literatura, con la química y el arte fue iluminador. Me despertó nuevas rutas neuronales y esas sinapsis no se deshacen tan fácilmente…

La química es el arte de separar, pesar y distinguir: tres ejercicios que también resultan útiles a quien pretende escribir hechos o dar cuerpo a su fantasía. – Primo Levi (L’altrui mestiere, 1985)

Cortázar volvería a cobrar importancia gracias a mi profesora de literatura de 5to, Silvina Marsimían. Pensar que por poco me egreso de este colegio sin gusto por el análisis literario. Yo hasta 7mo odiaba leer, me aburría (en parte porque eso te enseña la TV ¿no?). Eso es lo que tristemente piensan muchos, que leer es aburrido. Si bien el colegio me enseñó a leer, también me dejó en claro que yo no era para las humanísticas… llegar al 9/10 todos los años para no llevarse castellano a diciembre era un acto divino (gracias Jebús).

Pero con esta profesora pasó algo distinto, si bien en la primera prueba cayó alto 5, las siguientes notas vinieron de producciones que pude escribir en mi casa, tranquila. ¡Y BUM! Empecé a llegar al glorioso 7 (¡incluso al 8!). Resulta ser que padezco de algo a lo cual yo llamé “Síndrome de la lapicera indecisa” o “Bipolar Pen” (dícese de la afección que impide que una persona escriba sin dudar de cada palabra o signo de puntuación, de la estructura, coherencia o cohesión del texto producido).

Cuestión que Marsimían nos mandó a hacer un ensayo propio sobre alguna temática y autor en particular. Y ahí, voilà, Cortázar again. Pero no se trataba de investigar sobre los análisis de textos críticos hechos sobre una novela en particular de él. No. Acá tenía que yo escribir -en base a cierta investigación a presentar y a partir del trabajo de otros- una hipótesis propia, fundamentarla y analizarla. Entender qué trató de decir Julito al escribir Las Armas Secretas, qué mensaje nos quiso transmitir en función a lo que a él le tocaba vivir en aquellos tiempos duros.

Nada.

Para mí, escribir ese trabajo fue realmente un placer, me hizo ver lo equivocada que estaba sobre la literatura. Prefería más hacer ese trabajo que hacer las integrales de mi “““gran””” profesor de matemática, Galeano. (¿Yo?… ¿una piba de exactas?). Me cayó la ficha de que la literatura no solo se trata de estudiar los análisis propuestos por otros, sino que yo también puedo crear mis propios análisis y reinterpretarlo todo nuevamente. Fue la primera vez que sentí que hice investigación en serio.

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Fig. 2 Cortázar en Mariposas#

Nada, tremendo respeto y admiración a todos los que sigan ese arte. Para mí, ellos también hacen ciencia, hacen investigación tan válida y verdadera como los de exactas.

Y se terminaba el año y yo re feliz de comenzar mi orientación en ciencias biológicas el año siguiente, habiendo sellado una etapa tan fuerte de formación humanística. Finalmente, solo ciencia.

Pero, ¿qué pasó con la segunda interrogante? Con los cristales entendí que con la ciencia se puede crear arte. Pero hace poco comprendí algo nuevo.

La humanidad desde sus principios ha empleado el arte como forma de expresión, para contar qué sentía y vivía, de dejar su marca o al menos una señal para los otros… quien quiera que fueran los otros (¿parece que hablo de aliens? Mm más o menos). Para los nativos de América, los europeos eran de otro mundo, o más bien de otra galaxia. Pero bueno, bien sabemos que los europeos trataron de evangelizar a los americanos mostrándoles lo divino de Dios y sus poderes, para lo cual ¿qué emplearon? Sí, el arte. Pinturas y pinturas, hechas acá con lo que había. Cubrieron las paredes de todas las miles y miles de iglesias que se construyeron en toda la Patria Grande, sobre todo, en el camino de las Rutas del Plata y Oro. Ajá, linda lección de historia pero ¿qué tiene que ver esto con todo lo otro? En Exactas resulta que se estudia la composición química de varias pinturas provenientes de ciertas iglesias y que por alguna razón de la vida yo quedé metida en ese lugar. Como dije antes, yo creo en el destino (o al menos tengo arraigada muy fuertemente la afinidad humana por la causalidad) y parece que este me ha jugado otra buena pasada.

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Fig. 3 Iglesia de Caquiaviri#

De todos los millares de iglesias, de todas aquellas que fueron saqueadas y destruidas, y de las que no, de todos los millares de cuadros que se hicieron en aquellos tiempos, de aquellos que quedaron y de los que no quedó nada, de todos los grupos y laboratorios que estudian arqueología, yo terminé en aquel que estudió pinturas del mismo pueblo en el que nació mi viejo, mis abuelos y mis bisabuelos. Terminé en el lugar en donde se estudió esa pintura que muy probablemente algún antepasado mío cercano haya mirado con cara de “WTF, no entiendo qué quieren estos blancos”. Esa clase de pueblos que nadie conoce, cuyos nombres solo los hijos de los hijos habrán escuchado alguna vez, ese pueblo en el medio de la nada y de las montañas en el que se da todavía hoy ofrendas a la Madre Tierra (y ojalá que jamás se deje de hacer), ese nombre en aymara que nada tiene que ver con la química que yo vengo aprendiendo en estos años en el Colegio de la Reina del Plata, ni con Siri y su “¡¡Golazo!!”, ese que se contrapone rotundamente a este mundo bien europeo del CNBA… y voilà. Ese mundo del más profundo origen de mi ser se conectó a este mundo que vivo hoy acá.

¿Qué es de la ciencia en el arte? La ciencia en el arte te puede conectar mundos opuestos, galaxias distintas (y si nos ponemos bien metafóricos puedo decir que fue el agujero negro gusano entre dos mundos paralelos). A mí me conectó esos dos mundos que viven en mí… me los hizo uno. Me hizo una.

Se dice que humanísticas o ciencia, que lo artístico o lo académico, así como se dice América o Europa. Pero yo me siento todo eso al mismo tiempo.

“Quería transmitir una emoción que tuve acerca de la belleza del universo. Es difícil de describir porque es una emoción. Es análogo al sentimiento que uno tiene en la religión sobre la existencia de un Dios que lo controla todo en el universo: hay una apreciación general que vos tenés cuando pensás sobre cómo las cosas que parecieran ser tan distintas y comportarse tan distinto, están manejadas desde ‘atrás de escena’ por la misma organización, las mismas leyes físicas. Es una apreciación de la belleza matemática del universo, de cómo funciona desde adentro; comprender que el fenómeno que vemos resulta venir de la complejidad del funcionamiento interno entre los átomos, un sentimiento de qué tan dramático y maravilloso es. Es el sentimiento de la maravilla -de una maravilla científica- la cual yo sentí que podía ser transmitida a través de un dibujo a alguien que también haya tenido esa emoción. Podría recordarle, por un momento, de este sentimiento sobre la gloria del universo.”

– Richard Feymann (Surely you’re joking me Mr. Feymann, 1985)

Ricky, yo a través de ese cristal y ese trozo de pintura pude sentir ese awe.

Y fue hermoso.

(Eso o el dietiléter me está pegando duro).

Pd. Comparto esto porque lo que uno no comparte con otros…muere en uno. Y no quiero escuchar a nadie hablar de humanísticas o exactas o biológicas o artísticas…y sí un todo con todo carajo

Diciembre 2015, terminando 6to año…