Lejos y cerca a la vez#
A veces siento que somos un tanto injustes con nosotres mismes. Al menos yo no logro apreciar lo que tengo hasta perderlo…o casi perderlo. Espero que puedas un día sentirlo. La forma en la que veo a mi familia es distinta ahora. Veo nuestra finitez y está bien, un día escribiré y no los tendré a mano y estará bien.
Lo bueno de estar con gente que no entiende tu dolor es que te obligas a entenderte a tí misme, me obligué a escucharme y reflexionar. Me obligué a imaginarme yo sola como individuo en el mundo. Me obligué a pensar que era yo sola en el mundo y la voz de mis querides en mi cabeza. Lloré porque me vi sola y a la vez les abracé porque en verdad jamás me dejarán, son parte de mí.
Lo extraño es que a la vez que sufría mi tristeza a la vez era muy feliz con mi rutina, era feliz con las noches de series o shows. Era feliz con cada comida nueva que probaba, era feliz con las tardes de ejercicio, era feliz ordenando el cuarto y limpiando. Era feliz ayudando, era feliz haciendo mi tarea y jugando a cada rato. Es extraño ser feliz y vivir cierta tristeza al mismo tiempo. Desear irte a donde realmente te comprendan para dejar de sufrir pero luego darte cuenta que aprecias lo bello de estar donde estás. Ver los días pasar y temer de tus deseos. Temer que aquello que deseabas se vuelva realidad.
Temía irme pero también sabía que debía hacerlo. Cuando más ves la hora de ir, cuanto menos falta, más comprendes por qué te quieres quedar. Y justo al preparar tu retorno y lo ves pasar, arrepentirte no haber podido gozar del todo. Arrepentirte de las cosas por las que sufrías, por no saber apreciar y valorar del todo lo que vivía. Es cuando te vas cuando lo ves con claridad pero ya no queda más que hacer….ya no queda más que hacer que irse. Luego te preguntas qué recordarás de todo lo que pasó, que sensaciones persistirán y cuáles el tiempo se llevará…te preguntas qué quedará de ti de donde vas y qué llegará hacia donde vas…